Roberto Arlt

Roberto Arlt (1900-1942) idazle argentinarra bere herrialdeko handietariko bat da. Julio Cortazarrek bere maisutzat zeukan eta egungo puntakoenek ere, Roberto Bolañok, Ricardo Pigliak edo Cesar Airak esaterako, euren miresmena eta oinordetza aitortu izan diote. Bizi izan zen bitartean, ordea, bere kazetari lanek egin zuten ezagun eta ez bere eleberriek edo antzezlanek. ‘El Mundo’ kazeta argentinarrean 2000tik gora zutabe argitaratu zituen, eta astearteetan,

Arlt-en testua argitaratzen zen egunean, egunkariaren salmentak bikoiztu egiten zirela esaten da.

Umetatik ongi ezagutzen zuen Buenos Aireseko langile auzoetako bizitza deskribatzen zuen Arltek bere zutabean, garai hartan erabat berritzailea zen estilo gordin, zorrotz eta biziaz. Eta gerora Aguafuertes Porteñas izeneko liburu arrakastatsuan bildu ziren testu hauek. Euskal Herrira 1935eko azaroan iritsi zen, eta hiru hilabete egin zituen bertan, aurretik Marokon eta Espainian egin bezala han eta hemen ikusitakoak El Mundoko bere zutaberako jasotzen. Txalaparta argitaletxeak argitaraturiko Aguafuertes vascas liburuan topatu dugu honakoa; bertso saio bat eta bertsolaritzari buruzko kontu batzuk idazle eta kazetari argentinar handiaren begietatik kontatuak.

Los bertsolariz. Improvisaciones a la manera de las payadas. La ironía cruel

El Mundo, 9 de diciembre de 1935

En las provincias vascas no se concibe una fiesta de carácter popular sin la intervención del bertsolariz. El bertsolariz le da forma poética, y repentinamente, a los más agudos estados emocionales que palpitan en la masa que le rodea. Hasta se conciertan encuentros entre los más célebres de estos vates. Incidentalmente, en el salón de actos públicos del Batzoki de Portugalete, asisto a la improvisada contienda de dos bertsolariz. La escena es breve. Un mozo de pantalón blanco y dedos achorizados (es obrero en una fábrica de papel) se dirige a una mesa, en cuya punta está sentado en un viejo de pelo plateado, boina azul, boca rechupada. El anciano, que es guardavía en Durango, espera tranquilo, pero su continente es desdeñoso e irónico. Ni se digna a mirar al joven. El mozo, de perfil aguilucho, observa al viejo como un gallo antes de entrar en riña, se sienta en el extremo opuesto de la mesa y mirando abstraído el espacio, acompañándose de un canto sordo, comienza a recitar. El viejo, sin abandonar su cigarro, escucha despectivamente al joven. Cuando éste termina su estancia, el viejo sacude desdeñosamente la ceniza de su cigarro y también cantando, responde en verso vasco.

Me traducen los dos cantos. El joven dijo que ya era hora de abandonar los viejos poltrones y charlatanes y de marchar directamente por los gloriosos caminos revolucionarios. El viejo respondió que todos los jóvenes son unos tontos irreflexivos que antes de ir a la revolución es menester capacitar al pueblo, para que la masa no sea engañada por los dirigentes como ocurrió durante la guerra carlista, en que el pueblo luchaba por sus pueblos, y las directivas por un pleito que no interesaba al pueblo. Los espectadores aplauden estruendosamente al guardavía de Durango. El mozo escucha nervioso, por la camisa entreabierta se ve la granulada y enrojecida piel de su pecho chorreando sudor, con los músculos tirantes. El joven contesta que si el pueblo perdió las guerras carlistas fue porque le traicionaron sus generales y que los generales siempre traicionan los intereses de la masa, esté o no capacitado el pueblo. Una parte del público aplaude al mozo.

Los rivales no se miran; en torno a ellos se mueve una muchedumbre de cabezas cuadradas cubiertas de boinas, pecho descubierto, solapas de saco adornadas de cruces swasticas (se comenzaron a usar en el año 1914 en Vizcaya para diferenciar a los que hablaban vasco). El mozo de perfil de gavilán apoya la palanca de sus brazos desnudos en la tabla de mármol de la mesa; el viejo canta sardónico y sonriente, arrugada la pata de gallo; su mirada se pasea irónica y victoriosa en redor. Por una ventana entreabierta se ve el muelle con el río de aguas amarillentas y su muro de piedra conteniendo la opulencia de un prado verde. Cuando el joven termina de recitar, sus compañeros, para evitarle la vergüenza de una retirada ante el viejo impertubable y burlón, comienzan a tocar furiosamente el acordeón, y entonces el grupo se retira.

La brevedad de este cuadro puede ilustrar suficientemente al curioso. El bertsolariz, cuyo origen se pierde en la noche de la literatura oral, es un poeta espontáneo, frecuentemente inculto. Maneja exclusivamente elementos de la vida real. El público exige de él un cumplimiento exacto de las leyes poéticas. Así, no se le tolera una desigual aconsonantación de las estrofas. Pertenece al pueblo; está tan identificado con sus sentimientos e ideas, que muchas veces la masa de oyentes escucha anticipadamente la respuesta de una estrofa. Su importancia dentro de la política regional es considerable. Mordaces y satíricos, soliviantan los pueblos. Durante la guerra carlista, los liberales buscaban empeñosamente a Xempelar, tejedor de lino, que sublevaba a los poblados con sus cantos heroicos. En Oría, el obrero Imaz y Astarrate, zapatero remendón, eran los nuevos Tirteos de la Vasconia en llamas.

La inspiración poética de alguno de estos bardos es considerable. Imaz cantó la Pasión de Cristo en 1.300 versos. Zapirain describió las penurias de Genoveva de Brabante en 1400 versos. Pero el fuerte del bertsolariz es la ironía cruel. Bilintx ve llegar al frontón a su rival Domingo Kampaña. En un círculo de pelotaris, Bilintx comienza a cantar:

Domingo Kampaña sobre un mulo.

No van tan vaciós los lomos de ese mulo.

El que va debajo bien que es un mulo.

Pero el de encima es otro que tal

¡Santos cielos! Un mulo sobre otro mulo.

El repentinismo e ingenio de algunos de estos bardos es extraordinario. Fernando de Amazqueta da prueba de ellos en su mocedad. Tiene que sufrir examen de doctrina cristiana. El párroco lo mira y le dice en verso: “Fernando, mientras yo saco la cédula, tú me tienes que decir cómo puede haber tres personas en un solo Dios”. Fernando se detiene frente a la pila de agua bendita, reflexiona un instante y responde:

Esango diot bada

ejemplo batekin

koloria, usaya

saboriarekin

ora or iru gauza

sagar bakarakin.

“Se lo dire con un ejemplo: color, olor con sabor… he ahí tres cosas en una sola manzana”.

Improvisaciones hay, cuya brillantez poética es digna de los más preclaros ingenios. He aquí una, incitando a un dueño de caserío a ser generoso con los visitantes que han ido a cantar:

Hermosa estrella en el cielo

al lado del río fresco

el jefe de esta casa

de oro tiene la barba

de oro tiene la barba

y la espalda de diamante

hombre más generoso que usted

en este pueblo no hay.